El pasado fin de semana decidimos explorar un rincón con historia y encanto que muchos viajeros recomiendan: Covarrubias, un pintoresco pueblo de la provincia de Burgos que forma parte de la ruta del Camino del Cid y está considerado como la cuna de Castilla. Con sus calles empedradas, casas de entramado de madera y un ambiente que nos transporta a otra época, Covarrubias nos recibió con una belleza serena y una historia fascinante.
Llegada y Primera Impresión
Al llegar, lo primero que nos cautivó fue el casco histórico, declarado Conjunto Histórico-Artístico. Recorrer sus estrechas calles es como viajar en el tiempo, con cada rincón impregnado de historia. La Plaza Mayor, rodeada de soportales y balcones de madera, es el corazón del pueblo y el lugar perfecto para comenzar nuestra aventura.
Decidimos alojarnos en una acogedora casa rural cerca del río Arlanza, donde disfrutamos de la tranquilidad del entorno y la hospitalidad de los lugareños.
Explorando el Patrimonio Histórico
Uno de los lugares imprescindibles de Covarrubias es la Colegiata de San Cosme y San Damián, un imponente templo del siglo XV que alberga un impresionante órgano barroco y el sepulcro de Fernán González, primer conde de Castilla. También aquí descansan los restos de la princesa Kristina de Noruega, cuya historia nos dejó intrigados.
Cuenta la leyenda que en el siglo XIII, el rey Alfonso X El Sabio arregló el matrimonio de su hermano, el infante Felipe, con la princesa noruega Kristina, quien viajó hasta Castilla con la esperanza de una vida feliz. Sin embargo, su destino fue trágico, ya que murió pocos años después. Su tumba en la Colegiata es uno de los puntos más visitados y su historia sigue fascinando a quienes recorren el pueblo.
Muy cerca de la colegiata, caminamos hasta la muralla medieval y el Torreón de Fernán González, una fortaleza defensiva del siglo X. Desde lo alto, las vistas del pueblo y el valle del Arlanza son espectaculares.
Naturaleza y Aventura
Covarrubias no solo es historia, también ofrece planes en la naturaleza. Decidimos hacer una ruta de senderismo hasta el Monasterio de San Pedro de Arlanza, a unos 8 km del pueblo. Este monasterio en ruinas, considerado la «cuna de Castilla», es un lugar con un magnetismo especial, rodeado de montañas y con un aire místico que nos dejó impresionados.
Si te gusta la aventura, otra opción es recorrer la Ruta del Río Arlanza, ideal para senderistas y ciclistas. Durante el camino, encontramos bosques frondosos y miradores naturales que nos regalaron paisajes inolvidables.
Gastronomía Castellana
Después de tanto recorrido, tocaba reponer fuerzas. En Covarrubias se puede disfrutar de una gastronomía tradicional castellana con platos contundentes y sabores auténticos. Probamos el famoso lechazo asado, acompañado de vino de la región, y no pudimos resistirnos a un postre típico: las almendras garrapiñadas, una delicia artesanal que se elabora en el pueblo desde hace siglos.
Un Final Perfecto
Antes de despedirnos de Covarrubias, paseamos por el Puente de San Pablo, desde donde se pueden ver las casas colgantes reflejadas en el río. La calma del lugar y la luz dorada del atardecer nos recordaron por qué este pueblo es uno de los más bonitos de España.
Nuestra visita a Covarrubias fue una experiencia inolvidable, llena de historia, paisajes impresionantes y una atmósfera que invita a la desconexión. Sin duda, un destino perfecto para quienes buscan un viaje con patrimonio, naturaleza y buena gastronomía. ¡Volveremos! 🚗✨
